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La rehabilitación de los pacientes con rotura del LCA puede ser muy variada, incluso se podría modificar según el tipo de injerto usado para la reconstrucción. En nuestro caso no modificamos las pautas rehabilitadoras en función del injerto pero lo que el autor recomienda es la realización de una buena terapia rehabilitadora previa a la cirugía.
No sólo explicamos e instruimos al paciente en los ejercicios que va a realizar tras la intervención, sino que consideramos que una adecuada preparación muscular y ligamentosa previa mejora los resultados de la intervención.
Uno de los principales problemas tras la cirugía de reconstrucción del LCA es la falta de movilidad y el déficit de extensión, es por este motivo que el autor recomienda la utilización de férula semirrígida en extensión durante las dos primeras semanas, junto con carga parcial progresiva asistida por dos muletas.
Pauta de tratamiento – Rehabilitación tras tratamiento quirúrgico
Rehabilitación tras tratamiento quirúrgico
No se debe olvidar que no todos los pacientes con rotura del LCA deben someterse a cirugía de reconstrucción. El principal objetivo que se persigue a la hora de reconstruir el LCA es aportar la estabilidad necesaria a la rodilla para prevenir nuevas lesiones, la artrosis y que el paciente puede volver a su actividad deportiva previa.
Gonartrosis y cirugía de reemplazo
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Pauta de tratamiento – Rehabilitación tras tratamiento no quirúrgico
En general, el protocolo que se emplea en los pacientes candidatos a tratamiento conservador en la rotura del LCA, es similar al paciente operado, en este caso, en lugar de emplear la férula de extensión, el autor es partidario de usar una ortesis elástica con patela libre en los días posteriores a la lesión.
Rehabilitación tras tratamiento no quirúrgico
Sin embargo, el autor considera prioritarios los ejercicios de propiocepción de rodilla mediante pautas de entrenamiento de cadena cinética cerrada supervisadas por el equipo rehabilitador, aumentando progresivamente la inestabilidad de la superficie de trabajo.
En este sentido, recomendar a los pacientes el empleo de rodilleras elásticas con patela libre para la práctica deportiva, ya que creemos que mejora la propiocepción y la estabilidad de la articulación.
De todos modos, es necesario informar al paciente de que debe evitar los ejercicios en carga de la rodilla, sobre todo aquellos que impliquen rotaciones tibiales y que es posible que debido a la inestabilidad se puedan producir lesiones sobreañadidas.
